«La vida humana no es una línea sino más bien una arborescencia, una pluralidad de caminos que se inician, se siguen o no, se interrumpen, se frustran, se abandonan».
Julián Marías en «Cervantes clave española»
Hace cuatrocientos años que Cervantes moría. Me propongo, al igual que con Julián Marías, hacerlo presente. Quizá sea una gran ingenuidad, pues por una parte quién no conoce a Cervantes, quién desconoce «El Quijote», de otra qué aportar entre los diversos actos que en su recuerdo ya han comenzado a celebrarse en España y el mundo que habla la lengua española a la que también denominamos «de Cervantes». Seguramente nada, pero unas páginas dedicadas a Marías no pueden olvidar su lema: «por mí que no quede».
Iniciamos esta tarea más con la protección de una bacía que la de un suntuoso y bien construido yelmo; impelidos por la intención de honrar a quien es paradigma de una lengua, de una cultura, de un pensamiento, de una forma de ver la vida, para desde ella trascender sus propios límites y alcanzar una dimensión universal, humana, personal.
Siendo Cervantes escritor no habrá mejor manera que acercarnos a él que sus libros, de descubrirlo en ellos, por primera vez o desde la visión original de una circunstancia vital o social diferente a la del primer encuentro. Poco es lo que a ciencia cierta de él sabemos y aclarar las controversias en torno a su vida es algo que dejamos a los eruditos, estudiosos y expertos, entre ninguno de los cuales nos encontramos, dicho sea con todo respeto. Claro está, sería un sinsentido no hacerlo, también a través de Julián Marías y su visión de Cervantes a la que dedicó libros y artículos, creo que con buen juicio y acierto.
¿Qué encontrar aquí entonces? Para responder habremos de esperar, todos, para ver en qué queda esto. El mundo de "internet" está lleno de «gigantes» que pueden resultar, si bien no en huesos rotos, en una pérdida de tiempo. Queda asumida por nuestra parte, quede advertido querido lector del riesgo. Si uno es "quijote" esperamos que en nuestra ayuda acuda cual fiel Sancho mostrándonos la realidad, colaborando en el gobierno de esta ínsula con poniendo el seso y la cordura de la que seguramente carezco. Será un deleite gozar de su compañía por estos campos abiertos, sin caminos trazados y que iremos conociendo casi a un mismo tiempo. No dude en indicarnos los molinos que observe, siempre bienvenida será su palabra, pues nada más acompaña al hombre que la palabra una vez que lo apartamos del silencio en el que consigo habla. Estas páginas serán siempre una propuesta dispuesta siempre a ser mejorada, con lo que uno descubra, con lo que cada uno descubra desde su mirada.
Esperemos, que al final de todos estos caminos, merezca la pena "el tiempo perdido".
Nota sobre la imagen: Fortún, Retrato de Miguel de Cervantes. Extraído de Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Novelas ejemplares, Madrid, EDAF, Colección «Obras inmortales», 1969, p. 9.