Acordes a T. L. de Victoria
José Hierro, 1952
¿Estarás donde estabas,
Tomás Luis de Victoria?
¿Al pie de las vidrieras
abiertas a las olas?
El órgano de plata.
Los rosales sin rosas.
El viento galopando
por la luz misteriosa.
El amarillo otoño
besándonos la boca.
¿Aún abrirás los bosques?
¿Aún talarás las olas?
¿Alzarás las columnas
de la noche a la gloria?
¿Gotearás de estrellas
las rojas amapolas?
¿Harás brillar los peces
sobre la orilla sola?
¿Prenderás tus marfiles
en las cimas remotas?
¿Poblarás con tu lumbre
crepuscular la aurora?
¿Serás el mismo que eras,
Tomás Luis de Victoria?
¿Llevarás en la mano
la dorada limosna,
misteriosa moneda,
luna verde y redonda,
ojo donde los hombres
apacientan sus horas?
Silencio. Del instante
lunar, la fuente brota.
¡Dios mío! Estamos muertos.
Gira el astro. Se borra
la eternidad herida,
las heridas palomas,
el cristal donde estalla
la luz que se desploma.
Todas las almas llevan
sangrando su corona.
Sin tiempo. Sin caminos.
Como un árbol sin hoja.
Como una primavera
muda, y errante y rota...
Poema obtenido de: http://www.uma.es/victoria/jose_hierro.html